Habia un hombre que tenia cuatro hijos. El intentaba que ellos aprendieran la manera de no juzgar las cosas a la ligera. Entonces decidio enviarlos, a cada uno por turnos, a visitar un manzano que estaba a una gran distancia.
El primer hijo fue en Invierno, el segundo viajo en Primavera, el tercero lo hizo en Verano y el hijo mas joven en el Otoño.
Cuando todos ellos habian ido y regresado, el los llamo y juntos les pidio que describieran lo que habian visto:
El primer hijo conto que el arbol era horrible, doblado y retorcido.
El segundo dijo que no, que esta cubierto de brotes verdes y lleno de promesas.
El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y era muy hermoso, la cosa mas bella que jamas habia visto en su vida.
El ultimo de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitandose de tanto fruto, lleno de vida y satisfaccion.
Entonces el hombre les explico a sus hijos que todos tenian razon, porque ellos solo habian visto una de las estaciones de la vida del arbol.
El les dijo a todos que no debian de juzgar a un arbol o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, ya que la esencia de lo que son, el placer, el regocijo y el amor que viene con la vida, puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones hayan pasado.
Si tu te das por vencido en el Invierno, te habras perdido la promesa de la Primavera, la belleza del Verano y la satisfaccion del Otoño.
No dejes que el dolor de una estacion destruya la dicha del resto.
No juzgues la vida por solo una estacion dificil.
Aguanta con valor las dificultades y malas rachas, porque luego disfrutaras de los buenos tiempos.
"Solo el que persevera encuentra un mañana mejor"
Que bonito Marian, y cuantas verdades, es cierto que hay que tener paciencia ante las adversidades del invierno, o de la vida, como bien dices, al fianl habra valido la pena disfrutar de cada una de las estaciones, o edades que te ofrece la vida, magnifico, un abrazo.
ResponderEliminarMe has puesto los pelos de punta. ¡Preciosa historia! y con una moraleja increible. Hoy es uno de esos días en el que lo veo todo de color negro,será porque ayer se me murió una amiga de 35 años de un cáncer de colon y eso me ha embajonado bastante. Tu historia me viene como anillo al dedo. Me has animado bastante. Gracias Marian. Volveré, pues creo que aquí podre encontrar esas palabras que nos animan. Hoy veo el día como el cuarto hijo (el árbol en otoño), pero espero pronto verlo como el segundo (el árbol en primamvera).¡qué lindo Marian!
ResponderEliminarNo me canso de leer este tipo de historias.
ResponderEliminarTal vez si las leyeran esos que cambian de chaqueta tan a menudo no habrían tantos malos rollos.
Saludos Marian.
Precioso!
ResponderEliminarSe demuestra aquello de que "la primera impresión es la que vale" no es del todo acertada.
Un beso!