Atravesando el desierto, un viajero ingles observo a un mercader arabe muy pensativo, sentado a la sombra de unas palmeras. A poca distancia, se encontraban descansando sus camellos, que portaban una pesada carga compuesta por prefumes, tapices, objetos y joyas de gran valor que su propietario pensaba vender en alguna ciudad cercana.
El viajero, ansioso de conversacion, se acerco y saludo al mercader:
"Buen amigo, ¡salud! pareces muy preocupado.
¿Puedo ayudarte en algo?"
"¡Ay!", respondio el mercader con tristeza, "estoy muy afligido porque acabo de perder la mas preciosa de mis joyas".
"¡Bah!", respondio el viajero, "la perdida de una joya no debe de ser para ti una gran cosa ya que llevas tesoros sobre tus camellos, y te sera facil reponerla".
"¡¿Reponerla?!..., "¡¿Reponerla?!", exclamo el mercader. "Bien se ve que no conoces el valor de mi perdida".
"¿Que joya es pues?", pregunto el viajero.
"Era una joya...", le respondio el mercader, "como no volvera a hacerse otra. Estaba tallada en un pedazo de piedra de la Vida y habia sido hecha en el taller del tiempo. La adornaban veinticuatro brillantes, alrededor de los cuales se agrupaban sesenta mas pequeños. Ya ves que tengo razon al decir que joya igual no podra reproducirse jamas".
"A fe mia...", dijo el viajero, "...tu joya debia ser preciosa. Pero, ¿no crees que con mucho dinero podria hacerse otra igual?"
"La joya perdida...", respondio el mercader volviendo a quedarse pensativo,"...era un dia, y un dia que se pierde...no vuelve a encontrarse".
¡Qué linda entrada, Marian!. Es muy cierto, cada momento de nuestras vidas es valiosísimo, mucho más que cualquier joya. La vida hay que disfrutarla intensamente día a día, segundo a segundo, porque como dice tu texto, jamás volveremos a tener otro instante igual.
ResponderEliminarTe mando un beso enorme.
que bonito. pero es asi, el tiempo que perdemos, jamas regresa, un beso.
ResponderEliminarEl tiempo es tan efímero... Así que como dice un amigo, "Carpe diem".
ResponderEliminarMuy bonita y muy bien narrada historia
ResponderEliminargRAcias
¡¡¡Precioso Marian!!! Y con moraleja además. No apreciamos el valor real del tiempo, lo efímero del momento.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Esa no es tuya.
EliminarEsa no es tuya.
EliminarEsa no es tuya.
EliminarEsa no es tuya. Es de otro escritor
ResponderEliminarEs copiada de otra persona. Pero es un hermoso cuento. Te deja una enseñanza importante.
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