Cada noche, desde mi ventana me gusta contemplar el cielo iluminado de estrellas. Esas luces diminutas que en la lejania parecen saludarme y aumentar mas su brilo.
Me he dado cuenta al mirarlas, que en su interior llevan guardado un secreto o un inmenso paraiso.
Mirandolas descubri que ellas estando alli tan lejos sobreviven con su pequeño brillo, mientras que nosotros aqui, tan llenos de todo nos sentimos morir cuando algo se termina.
Observandolas comprendi el poco valor que muchas personas le dan a la vida, cuando esta nos quita algo pensamos en lo injusta que es y olvidamos que sin ella no seriamos quienes somos.
Anoche vi volar una estrella perdida en el gran firmamento. La vi sola, sin rumbo y la note extraviada..., pero me di cuenta que solo en nuestro mundo existe la soledad, ya que ellas conviven unidas y por eso siguen brillando.
En cambio nosotros pensamos que estar solos es el fin de la vida y no nos damos cuenta de que a veces la soledad, nos ayuda a encontrar esas respuestas que la conciencia nos susurra.
Mirando esa estrella comprendi que la felicidad nos llega no cuando nosotros exigimos, sino cuando menos la esperamos.
Mirando brillar las estrellas...
aprendi a sonreir ante las dificultades...,
a ver la realidad por muy dura que esta sea...,
a que no sirve el orgullo cuando existe amistad sincera y pura...,
a no llorar ni lamentarme cuando un amor quiere ser libre...,
a que no existen fronteras cuando luchas por la vida...,
a aprender a vivir porque es lo mejor que tenemos.
Marian, que belleza de relato con las estrellas y los sentimientos: "a veces la soledad, nos ayuda a encontrar esas respuestas que la conciencia nos susurra." Yo cuando veo al infinito y me refugio en su estrella, pienso que si ella brilla, porque no hacerlo nosotros? un fuerte abrazo, mi amiga
ResponderEliminarPreciosa entrada Marian, me encantó y respondiendo a DE INTERES, nosotros no brillamos porque no somos libres y felices como ellas.
ResponderEliminarUn beso fuerte Marian,
Una verdadera obra de arte este escrito...y cagado de razón. Yo como sabes, soy amiga de la luna y las estrellas desde mi infancia, a ellas miro todas las noches y muchas madrugadas como hoy, me encuentro con mi padre, mis seres queridos, mis sueños y los de muchas otras personas, veo las fugaces, y realmente no están solas. El tiempo me eseñó q estar sola es preferible a estar mal acompañada, lo sabñia desde pequeña, siempre busqué mi parcela para mi sola, para divagar en mi mundo, volar dónde quiero sin moverme del sitio físico, hoy lucho por vivir, una vida con difnidad, y disfrutar de amistades como tu, q son el verdadero tesoro q la vida regala. Un beso amigam te quiere, Uruguayita.
ResponderEliminarExcelente, poder sentir todo eso, y a ser tan fuerte como una estrellla.
ResponderEliminarAbrazo
Precioso Marian, me ha encantado.
ResponderEliminarQue tengas un buen día.
Soy del club de obsevadores del cielo, porque las noches son hermosas, desde mi ventana veo una estrella que brilla más que las otras, creo que es Venus y cuando la luna está plena me doy cuenta de lo pequeña que soy... qué el mundo seguirá sin mi... qué tengo que saborear cada momento porque es verdad que la felicidad está hecha de pequeñas estrellas que lucen en algún momento de nuestro día.
ResponderEliminarTu romántico escrito me puso empalagosa, ¡lo siento! Besitos.
Preciosa reflexión mi niña. Cuando nos mudamos de Madrid para vivir en un pueblecito pequeño de la sierra, lo primero que advertí era la cantidad de estrellas que había en el cielo y que en la ciudad con tanta luz es imposible verlas, y me encanta, cuando llego de noche, salir del coche y mirar el cielo, es como decir ¡vuelvo a ser libre!
ResponderEliminarUn abrazo enorme